En diciembre de 2004 compré una hermosa medalla de la virgen en plata. He sido devota de ella desde que tengo memoria y más allá de la fe, María, la mujer histórica, es un personaje que admiro profundamente ya que es incuestionable la valentía necesaria para aceptar la enorme empresa de encarnar al Hijo de Dios. La imagen de la medalla era de una advocación que conocía poco La Virgen del Valle, yo quería la de la patrona de mi colegio María Auxiliadora pero no quedaba. Igual, la compré, al fin de cuentas todas las vírgenes son una: Madre de Dios y Madre de todos nosotros.
En ese entonces estaba sola y cuestionando profundamente que rumbo tendría mi vida en una etapa de profunda cavilación existencial, en ese entonces recién conocía a un hombre maravilloso que me pidió matrimonio cinco meses después, en mayo de 2005. Cuando juntos buscamos la fecha en la iglesia sólo quedaba libre el día 16 de septiembre y cuando fuimos a la alcaldía para reservar la fecha para la ceremonia civil sólo quedaba el día 8 de septiembre, Día de la Virgen del Valle.
Nuestra Señora del Valle es la patrona del Estado Nueva Esparta. Su santuario se encuentra en la Asunción, la capital, en la Isla de Margarita. Los pescadores y navegantes se confían a su protección y en estas vacaciones tuve la oportunidad de visitarla junto a mi mamá y mi esposo.
Le pido a la virgencita traiga la luz a todo aquel que se encuentre en tribulaciones y que bendiga a nuestra bella patria Venezuela.
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