Yo creo que ya todas la hemos visto y, con estupor, no la podemos pasar desapercibida. Me refiero a la nueva cuña del detergente Lavan San Aromas Regionales en la cual una “heroína doméstica” canta con exacerbado entusiasmo el siguiente estribillo:
Me gustaría viajar a Amazonas
Poder sentir el olor del Caribe
Me gustaría viajar a Amazonas
Poder sentir el olor del Caribe
Siempre alegre te recibe
Y ese olorcito andino, que me parece divino
Y ahora viajo sin moverme de mi hogar
Gracias a Lavan San, Lavan San
Y lo más pasmoso es que esta actividad “la disfruta” como si se desenvolviera en su “escenario natural” en un ambiente propicio gracias al “evocativo aroma del detergente”, labor en que sus hijos la ayudan y acompañan. Para esta mujer la única posibilidad de remontarse a “tierras lejanas” – nótese que son lugares de nuestra propia geografía- es “viajando mentalmente”, evadiéndose ha través de un aroma porque está encerrada, confinada entre sus cuatro paredes.
Otro aspecto a tomar en cuenta y analizar detalladamente es el código del vestuario de la protagonista en cuestión que alude explícitamente al estereotipo del Ama de Casa de los años 50, epítome de la sumisión femenina como Hada Tutelar del Hogar confinada a la esfera de lo privado, a cuidar a sus hijos, y a “sus labores” y muy importante, siempre impecablemente vestida, delgadísima y lista para esperar a que su marido regrese del trabajo. Es lo que llamaba el sociólogo francés Gilles Lipovetsky la Segunda Mujer o Mujer Exaltada, que es sometida a los deseos del hombre está “cosificada” - como un objeto carente de voluntad - y por lo tanto infeliz, realizada sólo a través del manejo de su pequeño “reino”: el hogar, toda una Stepford Wife (*).
Señores publicistas, colegas comunicadores, ya basta de tratarnos todavía como unas sirvientas y utilizar códigos tan trillados y machistas para vender un producto, a estas alturas de la historia cuando hemos conquistado suficientes espacios en la sociedad, y peor es el llamado de atención si el creativo de esta pieza publicitaria es una congénere femenina. Somos seres pensantes, independientes, con multiplicidad de roles y si queremos conocer el Amazonas, el Caribe o los Andes sabemos donde quedan y como llegar hasta allá, con familia o sin ella, con pareja o sin ella,
(*) The Stepford Wives (1975) Novela del escritor norteamericano Ira Levin llevada al cine por primera vez en 1975. Critica duramente el estereotipo del la perfecta Ama de Casa de los años 50 relatando la historia de un bizarro pueblo sureño de los Estados Unidos llamado Stepford donde las lindas y diligentes esposas son robots controladas a distancia por sus esposos. La última versión cinematográfica de 2004 está protagonizada por Nicole Kidman y tiene magistrales actuaciones de Bette Midler, Glenn Close y Christopher Walken, y explota más el humor negro y los códigos de la comedia pero no deja de ser incisiva.
Y ese olorcito andino, que me parece divino
Y ahora viajo sin moverme de mi hogar
Gracias a Lavan San, Lavan San
Y lo más pasmoso es que esta actividad “la disfruta” como si se desenvolviera en su “escenario natural” en un ambiente propicio gracias al “evocativo aroma del detergente”, labor en que sus hijos la ayudan y acompañan. Para esta mujer la única posibilidad de remontarse a “tierras lejanas” – nótese que son lugares de nuestra propia geografía- es “viajando mentalmente”, evadiéndose ha través de un aroma porque está encerrada, confinada entre sus cuatro paredes.
Otro aspecto a tomar en cuenta y analizar detalladamente es el código del vestuario de la protagonista en cuestión que alude explícitamente al estereotipo del Ama de Casa de los años 50, epítome de la sumisión femenina como Hada Tutelar del Hogar confinada a la esfera de lo privado, a cuidar a sus hijos, y a “sus labores” y muy importante, siempre impecablemente vestida, delgadísima y lista para esperar a que su marido regrese del trabajo. Es lo que llamaba el sociólogo francés Gilles Lipovetsky la Segunda Mujer o Mujer Exaltada, que es sometida a los deseos del hombre está “cosificada” - como un objeto carente de voluntad - y por lo tanto infeliz, realizada sólo a través del manejo de su pequeño “reino”: el hogar, toda una Stepford Wife (*).
Señores publicistas, colegas comunicadores, ya basta de tratarnos todavía como unas sirvientas y utilizar códigos tan trillados y machistas para vender un producto, a estas alturas de la historia cuando hemos conquistado suficientes espacios en la sociedad, y peor es el llamado de atención si el creativo de esta pieza publicitaria es una congénere femenina. Somos seres pensantes, independientes, con multiplicidad de roles y si queremos conocer el Amazonas, el Caribe o los Andes sabemos donde quedan y como llegar hasta allá, con familia o sin ella, con pareja o sin ella,
(*) The Stepford Wives (1975) Novela del escritor norteamericano Ira Levin llevada al cine por primera vez en 1975. Critica duramente el estereotipo del la perfecta Ama de Casa de los años 50 relatando la historia de un bizarro pueblo sureño de los Estados Unidos llamado Stepford donde las lindas y diligentes esposas son robots controladas a distancia por sus esposos. La última versión cinematográfica de 2004 está protagonizada por Nicole Kidman y tiene magistrales actuaciones de Bette Midler, Glenn Close y Christopher Walken, y explota más el humor negro y los códigos de la comedia pero no deja de ser incisiva.
Foto película The Stepford Wives 2004 - Nótese como la mujer del comercial se parece a ellas hasta en el peinado!
Para mayor información acerca de Ira Levin y Stepford Wives consulta el buscador de www.imdb.com – Internet Movie Data Base
5 comentarios:
Hola Ysabel F, estoy conociendo tu blog... es muy acogedor.
Pero en relación a la publicación te cuento que existe otra de intencion simililar:
La mujer va a fregar, y ve los corotos, suspira y.... sabes se siente acorralada....
...y de repente llega "Mr. Musculo" a darle el detergente para salvarla y que ella pueda hacer el oficio.
Es decir, "ni pienses que no lo vas hacer para eso estoy yo aquí: yo te suministro productos y tu haces oficio".
Saludos!
Yosmary gracias por el elogio...
Tienes razón esa es otra cuña terriblemente machista, pone al hombre como el inteligente que "formula" el "producto milagroso" y la mujer solo es la "fregona". El concepto de ese comercial viene de Argentina aunque fue producido aquí, lo copiaron al pie de la letra.
Bienvenida a mi blog y gracias por leerme!
Saludos
Ysa
Yo de eso justamente pensaba hablar en estos días. De nuevo yo con lo mismo...la publicidad es un tema muy tomado a la ligera, pero sumamente influyente en TODOS, por más fuertes o débiles hablando en el campo de percibir los mensajes.
Además de ser una propaganda machista es estereotipadora de la figura femenina.
¿Por qué no ponen a una "siliconada" a fregar?
¿Por qué Miss Venezuela nunca sale lavando ventanas o cambiando pañales?
Los publicistas del mundo definitívamente tienen que replantearse sus conceptos porque le están haciendo un daño terrible a la gente con ciertas campañas publicitarias.
Un besito.
Si amiga, lo de la figura y el tipo de mujer que se pone en ciertos roles también es asunto de análisis, y las tipo "Miss" que de por si son irreales...no friegan, ni planchan y hasta parece que no fueran al baño, solo venden champú, con sus cabelleras perfectas, que por cierto, casi siempre, son extensiones de cabello sintético, tan artificial como la silicona que llevan entre pecho y espalda!
Un besote Jen, gracias por ser mi lectora fiel!
Yo estoy de acuerdo con todas vosotras, pero así es la publicidad: toma el estatus quo de las cosas, como actualmente son. Y en el fondo yo creo que la mayoría de las mujeres quieren ser eso: esposas perfectas, amantes perfectas, profesionales perfectas, madres perfectas. Pero de esas 4, la que más importa, es la primera... sí es verdad, hoy día cada vez la gente se casa menos, tienen menos hijos y las mujeres cada vez más acceden al trabajo... pero la aspiración es ésa... ser la ama de casa perfecta, el ideal. Slds
Publicar un comentario