Se hacen llamar princesas, muñecas de porcelana y pregonan su control y seguridad para llegar a la meta de estar superdelgadas y ser reconocidas por su belleza perfecta. Se torturan programando su cerebro con imágenes de inefables celebridades a las que llaman Thinspo: anglicismo que surge de las palabras “Thin” (delgada) e “Inspiration” (inspiración) y con estos obsesivos retratos tratan de alejar el hambre recordando su razón de ser. Crean galerías interminables en las que ensalzan las virtudes de sus favoritas: Kate Moss, Keira Nightley, Lindsay Lohan y Nicole Richie, última a quien admiran profundamente por haber pasado de ser “una cerda a una diosa - princesa total”.
Comparten sus dietas extremas, su vida regida por el control de lo que ingieren y sus recetas peligrosas para llegar al tan ansiado objetivo y comen sólo entre 300 y 500 calorías diarias. Han creado un red insospechada con miles de miembros que les brinda un apoyo para continuar su terrible camino hacia la auto destrucción en compañía de las perniciosas “Ana y Mía” (Anorexia y Bulimia) a las que se refieren como amigas, consejeras y hasta diosas.
Quieren volar, ser etéreas y verse realizadas a través de alcanzar una figura esquelética como “el mayor logro de sus vidas” “su única vía hacia la felicidad” “su único interés”, e identifican su hermandad con una pulserita roja. Algunas hasta se cortan para lidiar con su indefensión, mitigar el dolor, el hambre, la depresión y el vacío.
Son féminas -entre 13 y 29 años- que odian y desdeñan su cuerpo, su esencia, su vida y han descuidado su interior por soñar ser la entelequia de los diseñadores y fotógrafos. Están desperdigadas por todo el mundo y en Latinoamérica son un gran contingente. Son las indefensas dueñas de un reino vacío, fatuo, perverso, obsesivo, regido por la culpa y tan fugaz como sus cuerpos que se desvanecen paulatina o violentamente en escarceos perpetuos con la muerte, en una vorágine en la que su salud se resiente indefectiblemente.
Este es su absurdo y peligroso credo:
Creo en el Control, la única fuerza lo suficientemente poderosa para traer orden al caos del mundo en que vivo.
Creo que soy la criatura más débil, imperfecta e inútil que jamás haya existido en este planeta, y que no merezco la atención de nadie.
Creo que la gente que dice lo contrario es gente hipócrita, que jamás me verán con la verdad y que sus comentarios son falsos y superficiales, si me pudieran ver como realmente soy, me odiarían tanto como yo lo hago.
Creo en los deberes y en las necesidades, como reglas irrompibles que determinan mi comportamiento diario.
Creo en la perfección y debo esforzarme para lograrla.
Creo en la salvación mediante el esfuerzo diario para conseguir mis metas, y porque como humana imperfecta cometo errores, debo remediarlos librando de mi cuerpo el pecado de la manera que sea.
Comparten sus dietas extremas, su vida regida por el control de lo que ingieren y sus recetas peligrosas para llegar al tan ansiado objetivo y comen sólo entre 300 y 500 calorías diarias. Han creado un red insospechada con miles de miembros que les brinda un apoyo para continuar su terrible camino hacia la auto destrucción en compañía de las perniciosas “Ana y Mía” (Anorexia y Bulimia) a las que se refieren como amigas, consejeras y hasta diosas.
Quieren volar, ser etéreas y verse realizadas a través de alcanzar una figura esquelética como “el mayor logro de sus vidas” “su única vía hacia la felicidad” “su único interés”, e identifican su hermandad con una pulserita roja. Algunas hasta se cortan para lidiar con su indefensión, mitigar el dolor, el hambre, la depresión y el vacío.
Son féminas -entre 13 y 29 años- que odian y desdeñan su cuerpo, su esencia, su vida y han descuidado su interior por soñar ser la entelequia de los diseñadores y fotógrafos. Están desperdigadas por todo el mundo y en Latinoamérica son un gran contingente. Son las indefensas dueñas de un reino vacío, fatuo, perverso, obsesivo, regido por la culpa y tan fugaz como sus cuerpos que se desvanecen paulatina o violentamente en escarceos perpetuos con la muerte, en una vorágine en la que su salud se resiente indefectiblemente.
Este es su absurdo y peligroso credo:
Creo en el Control, la única fuerza lo suficientemente poderosa para traer orden al caos del mundo en que vivo.
Creo que soy la criatura más débil, imperfecta e inútil que jamás haya existido en este planeta, y que no merezco la atención de nadie.
Creo que la gente que dice lo contrario es gente hipócrita, que jamás me verán con la verdad y que sus comentarios son falsos y superficiales, si me pudieran ver como realmente soy, me odiarían tanto como yo lo hago.
Creo en los deberes y en las necesidades, como reglas irrompibles que determinan mi comportamiento diario.
Creo en la perfección y debo esforzarme para lograrla.
Creo en la salvación mediante el esfuerzo diario para conseguir mis metas, y porque como humana imperfecta cometo errores, debo remediarlos librando de mi cuerpo el pecado de la manera que sea.
Creo en la tabla de calorías como la Biblia que rige mi vida y determina mi bienestar mental, la memorizaré como los mandamientos de Ana mi divina Diosa.
Creo en las básculas como indicadores de mis fracasos y éxitos diarios.
Creo en un mundo a blanco y negro, la vida a través de la hambruna y la pérdida de peso como sanación y purificación del cuerpo.
Creo en un infierno frío, que es cruel pero a la vez puro, porque mientras mi cuerpo esté congelado sabré que Ana "La Reina Gélida" esta conmigo, que no hay calorías en mi cuerpo y que estoy purificada.
Creo en un infierno frío, que es cruel pero a la vez puro, porque mientras mi cuerpo esté congelado sabré que Ana "La Reina Gélida" esta conmigo, que no hay calorías en mi cuerpo y que estoy purificada.
Ser Delgado es ser bello por lo tanto así debo ser y permanecer. Así quiero que los demás me idolatren.
La comida es mi enemigo, puedo verla y olerla pero nunca tocarla.
Debo pensar cada hora, cada minuto y cada segundo en como evitar comer.
Debo pesarme todos los días y llevar un control estricto de mis logros y fracasos, ese numero tiene que ser mejor que lo que fue el día de ayer, si no es así, debo ayunar todo el día.
No debo permitir ser tentada por el enemigo (comida... o personas que quieren que coma), si lo hago y me permito estar en ese estado de debilidad, me sentiré culpable y me castigaré por haber fallado.
Seré delgada hasta la muerte.
Una realidad post moderna que genera preocupación en la sociedad mundial, en especial en el ámbito de la moda y la publicidad, innegables industrias reproductoras de los irreales estereotipos de belleza que afectan a estas débiles congéneres. Oliviero Toscani, conocido fotógrafo italiano, famoso por sus transgresores trabajos de Shock Advertising para la firma Benetton se ha traducido la preocupación de la firma de ropa Nolita desplegando en el marco la Semana de la Moda de Milán la aleccionadora campaña que ven arriba. Para ver la noticia completa en El País de España haz Click aquí
Mujeres, sean fuertes, quiéranse y hablen mucho con sus hermanas, hijas, sobrinas y amigas. Sólo la comunicación, la confianza y la difusión de este tipo de información puede hacer la diferencia y detener esta terrible enfermedad que se disemina como una epidemia produciendo féminas incapacitadas mental y físicamente para asumir el hermoso reto de vivir y ser felices con la única alegría verdadera, la que surge de nuestra serenidad y fortaleza interior.
Para visitar el blog de una Princesa Ana venezolana haz click aquí. Reflexionen, hagan sus análisis, vean sus fuentes de inspiración y saquen sus propias conclusiones. Pueden visitar también sus links y ver como esta red pro anorexia y bulimia es insondable y prácticamente infinita.
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En la Foto: Campaña de Oliviero Toscani para Nolita - NO ANOREXIA
Para ver información sobre la modelo de la valla - Isabelle Caro - visita el blog de Jen
Para ver el testimonio de Isabelle Caro - 20minutos.es - haz click aquí
2 comentarios:
Realmente es trágico esto de Anita y Mia. La reivindicación de la anorexia y la bulimia es signo de que estas niñas están mal de la cabeza y necesitan ayuda.
Ahora, con todo respeto, me parece paradójico y hasta contradictorio que en este blog se critique esto y se aúpen concursos como el "Miss Plump". La obesidad es la otra cara de la moneda de los desórdenes alimenticios. Así como la anorexia y la bulimia matan, la obesidad también.
No creo en que haya que reivindicar ni la anorexia, ni la bulimia, ni la obesidad. Es sólo una reflexión.
Hola Leyla!
Bienvenida de nuevo a mi blog. Me gustan mucho tus críticas porque son muy válidas por demás.
Yo no reivindico a la obesidad de hecho es una enfermedad terrible que tiene devastadoras consecuencias para el organismo, mi abuelita sufrió mucho con una diábetes tipo dos debido al exceso de peso y hasta Jen ha dicho que no hace apología a la obesidad porque esta consciente de que ella misma está enferma. Mi apoyo al Miss Plump ha sido hacia la recuperación de la autoestima de todas las mujeres obesas, con sobrepeso o hasta con cuerpos de lo más normales como el mío que peso 61 kilos que a veces se sienten miserables con el bombardeo publicitario y si son muy débiles terminan por ese camino de Anita y Mía.
En esto hay que buscar el difícil punto medio: Quererse, amarse como uno es y no caer en extremos ni por exceso de comida, ni por carecia de ella y lo mismo va con el tema de la cirugía.
Un besote amiga y gracias por tus reflexiones enriquecedoras!
Ysa
Cuando nos aceptamos podemos cambiar lo que no nos gusta de una manera saludable
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