Cuando el hombre con el que compartimos nuestra vida, cuerpo y corazón es un maltratador, la mera existencia cotidiana se torna en un espinoso y tortuoso camino de agotador cuestionamiento permanente, en el cual cada palabra o cada gesto es medido con exhaustiva prudencia, con una cautela que evita el tan temido estallido de violencia verbal o fìsica.
Los estudios señalan que la violencia de género tiene una estructura cìclica, esquema que se ha descubierto después de analizar cientos de relatos de mujeres maltratadas. Se habla de una fase de acumulación de tensión por diversas razones: problemas familiares, estrés laboral o el propio pensamiento del agresor, en este momento la mujer trata, infructuosamente de calmarlo lo que degenera en una explosión violenta en la cual el victimario castiga duramente a su compañera psicológica y/o fìsicamente, rompe objetos, la amenaza, dice cosas hirientes, la insulta, se va de la casa y puede llegar a forzarla sexualmente; conductas erráticas que devienen en una etapa final de remordimiento o “luna de miel” donde a través de la manipulación afectiva el maltratador llora, pide perdón y promete cambiar, mientras su víctima se niega a recordar lo sucedido.
Sin embargo, los expertos han reconocido las limitaciones del modelo cìclico porque no todas las mujeres violentadas experimentan la fase de arrepentimiento, el espacio entre un episodio y otro puede variar, las escaladas de agresividad no contemplan las descalificaciones y dominación sostenida que es también un tipo de violencia que subyuga la voluntad de la mujer y las explosiones de cólera pueden aparecer de la nada, sin justificación o razón alguna.
Segun la Organización Mundial de la Salud (OMS) las consecuencias más frecuentes del maltrato doméstico son: homicidio, lesiones graves, lesiones durante el embarazo, embarazo no deseado y a temprana edad, vulnerabilidad a las enfermedades, suicidio y mal estado de salud general. Por otra parte, se estima que la intimidación, en forma de amenaza, precede al maltrato físico en 90 de cada 100 casos.
Este pernicioso amor que te ha aniquilado todo atisbo de espontaneidad y autoestima no es sano para tí y mucho menos para tus hijos. Si tu esposo o compañero presenta arranques de rabia que te confunden, si a veces le tienes miedo, si cuando te grita o te descalifica sientes culpa de sus reacciones, si analizas cada palabra antes de opinar o te preguntas a cada segundo como actuar y reaccionar para evitar su gritos o un golpe debes considerar que alejarte de él.
*En Venezuela contamos con el 0800 MUJER, línea gratuita y anónima que brinda asesoría psicólogica expedita, además de orientación legal.
Los estudios señalan que la violencia de género tiene una estructura cìclica, esquema que se ha descubierto después de analizar cientos de relatos de mujeres maltratadas. Se habla de una fase de acumulación de tensión por diversas razones: problemas familiares, estrés laboral o el propio pensamiento del agresor, en este momento la mujer trata, infructuosamente de calmarlo lo que degenera en una explosión violenta en la cual el victimario castiga duramente a su compañera psicológica y/o fìsicamente, rompe objetos, la amenaza, dice cosas hirientes, la insulta, se va de la casa y puede llegar a forzarla sexualmente; conductas erráticas que devienen en una etapa final de remordimiento o “luna de miel” donde a través de la manipulación afectiva el maltratador llora, pide perdón y promete cambiar, mientras su víctima se niega a recordar lo sucedido.
Sin embargo, los expertos han reconocido las limitaciones del modelo cìclico porque no todas las mujeres violentadas experimentan la fase de arrepentimiento, el espacio entre un episodio y otro puede variar, las escaladas de agresividad no contemplan las descalificaciones y dominación sostenida que es también un tipo de violencia que subyuga la voluntad de la mujer y las explosiones de cólera pueden aparecer de la nada, sin justificación o razón alguna.
Segun la Organización Mundial de la Salud (OMS) las consecuencias más frecuentes del maltrato doméstico son: homicidio, lesiones graves, lesiones durante el embarazo, embarazo no deseado y a temprana edad, vulnerabilidad a las enfermedades, suicidio y mal estado de salud general. Por otra parte, se estima que la intimidación, en forma de amenaza, precede al maltrato físico en 90 de cada 100 casos.
Este pernicioso amor que te ha aniquilado todo atisbo de espontaneidad y autoestima no es sano para tí y mucho menos para tus hijos. Si tu esposo o compañero presenta arranques de rabia que te confunden, si a veces le tienes miedo, si cuando te grita o te descalifica sientes culpa de sus reacciones, si analizas cada palabra antes de opinar o te preguntas a cada segundo como actuar y reaccionar para evitar su gritos o un golpe debes considerar que alejarte de él.
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Imagen cortesía de radiomundial.com.ve
3 comentarios:
Hola, Es un artículo muy interesante.´La problemática de la violencia intrafamiliar y más precisamente en la mujer es que, como se explica es un ciclo en el que no se sale. Como hombre pienso que debemos comportarnos bajo una "masculinidad afectiva", procurando siempre espacios de diálogo, tolerancia y convivencia a través del afecto. Es ilógico que elegimos a alguien en un principio para amarla y respetarla y luego actuemos de forma irracional y cobarde.
Hola Reinaldo:
Es muy gratificante leer tu comentario! Mientras más hombres conscientes como tu existan, menos mujeres vivirán con miedo a sus parejas.
La convivencia es un reto cotidiano de dos personas unidas por el amor, no una carrera en la que se impone el más fuerte anulando al otro.
Como tu muy bien lo has descrito, el maltratador es irracional y cobarde, y lo más terrible es que la mujer maltratada no rompe con con el ciclo porque, en aras del amor que le tiene, espera que reflexione y algún día se arrepienta y la trate con delicadeza.
Un abrazo con mucho cariño y ,il gracias por leerme!!
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