
Prometo que escribiré más, que me sentaré con más frecuencia en esta ventana para dejar fluir ese caudal de pensamientos, ideas o sentimientos que se desbordan en mi ser...y me llega otra asignación de urgente resolución, y recibo otra llamada que reclama mi tiempo con premura, y la idea se me disipa en una miríada de cosas que hacer, importantes, perentorias...en un caminar trepidante hacia mis metas, hacia los sueños que alcanzo con cada tarea cumplida, y llega la noche, me anestesio con una película, o tomo el lápiz y el papel a la vieja usanza y escribo frases sueltas, hago listas de tareas pendientes para sacarlas de mi cabeza...duermo, superficialmente y me despierta el gato que maúlla en la lejanía, el carro que pica cauchos sin piedad ni precausión, el teléfono de la casa contígua que suena, y suena dos veces más, amanece con su pasmosa claridad...durmo unos minutos más, y otro día nuevo comienza, con su trepidante transcurrir, con su incansable caminar.